jueves, 16 de mayo de 2013

Irán. Escapadas furtivas a la montaña


Irán. Escapadas furtivas a la montaña.

Está demostrado que el ser humano es un animal que busca alternativas para sobrevivir en las peores condiciones, adaptándose al medio.

Esta teoría se demuestra también en Irán. Un país cuya población menor de 29 años es más del 55% de los habitantes censados. Esta franja de edad que ha vivido toda su vida baja el control político de la guardia revolucionaria,  en un entorno oprimido por la situación social, por el gobierno, por la religión, pero que al mismo tiempo que vive en la época de las comunicaciones y puede comparar como es la vida fuera del país.

La población juvenil que tiene necesidades asociadas a su edad desde tiempo ancestrales como relacionarse con amigos, con personas del genero opuesto, escuchar música y bailar en público, opinar.
Sin embargo este tipo de actividades son imposibles en el país debido a su prohibición….

Imposibles? No, para nada.

A pesar de la prohibición, la gente sabe ingeniárselas para reducir el impacto de las estrictas leyes en la vida cotidiana.
Debido a las leyes imperantes, los diferentes géneros no se pueden juntar (especialmente en recintos cerrados) a no ser que sean de la misma familia (hermanos, primos, etc).
Así pues, se podría pensar que es difícil encontrar parejas en Teherán,  lejos de la realidad.

Una de las maneras que tiene la gente, incluso de pocos recursos para relacionarse con personas del genero opuesto o con amigos es yendo a la montaña.
Lo que en Europa vemos como una actividad principalmente deportiva, aquí se convierte en una actividad esencialmente social, en un mecanismo de escape de la opresión.

Así pues, tanto jueves como viernes por la mañana (los fines de semana en Irán), se ven grupos de jóvenes ataviados con ropa sport o de montaña saliendo desde la plaza del monumento (en la zona de Darband, al norte de Teherán) hacia la zona de Tochal.
Al principio discretos, los más jóvenes generalmente en grupos separados de chicos y chicas, los más adultos con la supuesta pareja pero distanciados.
Conforme se va subiendo las pendientes que dan acceso al hotel de Ossoun,  los grupos más jóvenes se van haciendo más pequeños y se empiezan a mezclar, los más mayores empiezan a aproximarse chicos con chicas.

A medida que la distancia a Teherán aumenta, los caminos se hacen más estrechos y empinados, se empieza a ver como la naturaleza humana aparece.

Las parejas de novios se dan la mano, cuando no hay mucha gente algún beso furtivo sucede, se forman pequeños grupos de baile en torno a teléfonos móviles con la música a tope, y por último, muchas chicas se retiran los pañuelos de la cabeza para dejar libre largas melenas largo tiempo escondidas bajo los pañuelos.



Preguntando a la gente si no tienen miedo de ir en contra de la ley, primero se asombran, luego se ríen y contestan: “No, por nada. Aquí no llega la policía, ni los mullas”. Cierto a esas distancias y en tras empinadas cuestas “los defensores de la ley” no se acercan.
Incluso cuando se llegan a cotas de altura en las que se asegura que no aparecerá ningún representante de la ley, aparece la botella de alcohol, incluyendo vino, vodka, whisky cruzado ilegalmente a través de la frontera turca. En cantimploras que podrían contener agua o te, realmente llevan alcohol.

Así, en los refugios de montaña, a una altura considerable, rodeando un buen fuego se liberan del frio y sobre todo de las restricciones sociales con un poco de alcohol.


Por un día, el hiking, la salida a la montaña se convierte en una medida terapéutica, en una acción de rebeldía, se olvidan todas las penurias, la difícil situación económica, la opresión religiosa y social, y los seres humanos se convierten en verdaderos seres humanos… en seres libres, aunque sea por breves horas.


En cuanto empieza el atardecer, las parejas empiezan a descender las montañas y volver a reagruparse por géneros, los novios se dan los besos de despedida y empiezan a mantener las distancias… y por supuesto las chicas se vuelven a cubrirse las cabezas con los pañuelos necesarios para proteger a la mujer y mantenerla limpia de la mirada de los hombres en la poblada Teherán.





1 comentario:

  1. Aunque ahora nos parece raro esto que describes sobre las relaciones entre hombres y mujeres de Irán, creo que no dista mucho del comportamiento de nuestros padres en su juventud.

    Continua con este blog que me parece superinteresante.

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