martes, 19 de enero de 2016

Segundo viaje a Polonia. Enero 2016

A principios de año he tenido la oportunidad de visitar de nuevo Polonia. La idea inicial era ir a los Montes Tatry, al sur del país, pero el súbito cambio de temperaturas y la prohibición del gobierno de acceder a la zona debido a las avalanchas que han generado varios fallecidos, nos han impedido escalar los Tatry.
Sin embargo, Polonia ofrece más alternativas que montañas, así que con la ayuda de una amiga local me he dedicado a visitar diferentes ciudades de Polonia.
La llegada habitual en avión desde Barcelona se produce a Varsovia o a Cracovia, sin embargo, en invierno, los vuelos a Cracovia son reducidos.
Así pues he llegado a Varsovia. El traslado entre el aeropuerto de Modlin y el centro se hace fácil mediante un bus que tarda únicamente 40 minutos y te deja delante de Palac Kultur.
El frio ya ha llegado al país, aunque con semanas de retraso, las temperaturas indicadas se sitúan entre 3 y -10 C. Las calles están llenas de nieve y el tráfico es complejo.



Sin embargo, el ambiente navideño no para, ni siquiera con las temperaturas más bajas. Familias enteras salen durante la noche para pasear por el centro. Todo el centro de Varsovia está decorado, la ciudad respira navidad, a pesar de que hace unos días que estas fechas han pasado.



Desde el primer momento empiezo una de las actividades más fabulosas de este viaje: “el turismo gastronómico”.
Visto desde España la gastronomía Polaca puede parecer burda, sin embargo, a pesar de tratarse de una gastronomía popular, está sencillamente buenísima. Con unos sabores gustosos y profundos. Los platos son sustanciosos, adecuados para los duros días de invierno en un entorno rural. Entre estos platos se encuentran diferentes sopas y caldos (como Zurek, la sopa de tomate, la sopa de col y el bigos).


Los platos incluyen diferentes pescados (halibut, carpa, anguila entre otros), acompañados con diferentes salsas o bien marinados. Son excepcionales.



Pero también se puede encontrar una refinada y contundente pastelería.





Y sobre todo no olvidemos los licores. Nunca, en ningún país de los que he visitado proponen como una de las alternativas básicas del turismo, el licor. He bebido todo tipo de licores, de todos gustos y formas. Es más, me han propuesto una lista de licores que uno no debe dejar de probar[1]

  • Zubrowka
  • Orzechówka
  • Krupnik
  • Wisniowka
  •  ZoŁadkowa gorzka
  •  Warm wine






Los locales de copas y restaurantes que nos podemos encontrar en las ciudades varian entre lo más kitch con diseño de los 70 (cuando Polonia aun pertenecía a un entorno Comunista), como la cafetería Cukiernia Delicje en Gdynia.



o restaurantes de lo más sofisticado como el Zurawina en Varsovia. Pero donde uno realmente saborea la verdadera Polonia es en los diversos restaurantes tradicionales como FishMarket en Gdansk.


Volviendo al turismo más tradicional, hay innumerables zonas a visitar. Yo solo puedo recomendar aquellas que me han parecido interesantes en esta segunda corta visita.

En Varsovia,
el Palac Kultur, enorme edificio de la época de control soviético, regalo de las autoridades soviéticas, se trata del edificio más alto de Varsovia. Con un interior decorado en estilo soviético, con estructuras enormes que le hacen parecer a uno un elemento diminuto, el edificio contiene un cine, diferentes salas de reuniones y otras actividades y museos. En la parte más alta del edificio, situado en la planta 30, hay una terraza cubierta en la que se puede ver toda Varsovia.




Otras zonas visitadas son el museo Warsaw Rising Museum (Muzeum Powstania Warszawskiego), el barrio de Praga, el casco antiguo de Varsovia (Stare Miasto) con la Barbacana, la ciudad nueva (Rynek Nowego Miasta) y las calles Krakowskie Przedmieście y Nowy Świat[2].

En Gdynia
Gdynia es una población que se encuentra muy cerca de Gdansk, y de hecho junto con Sopot conforma una sola aglomeración.
Esta pequeña población, aunque muy turística para los polacos, no lo es tanto para turistas internacionales. Se trata de una población al lado del mar Báltico, y aprovecha esta proximidad para ofrecer una maravillosa estancia a los visitantes.
A pesar de que en esta visita, las temperaturas en el Báltico han sido más altas que en el centro de Polonia, no han pasado ningún día por encima de los 0 grados y había nieve por todos sitios, incluso la playa y partes del mar se encontraban heladas.




Sin embargo el paseo por la playa del acantilado (Klif redłowski), hasta Molo w Orłowie es una maravilla, incluso con la playa helada.
En esta zona del muelle es donde se celebra el festival de cine de Gdynia (que los polacos llaman el Cannes polaco). Diversos palacios, ahora convertidos en hoteles de lujo se sitúan a lo largo de la playa.




No olvidéis comer algún plato de pescado en un pequeño bar tradicional a la salida del Mole. Nosotros paramos en uno que se llama Tawerna, y a pesar de ser pequeño, los productos son muy buenos.
El casco antiguo de Gdynia es también digno de ser visitado. Pequeño, pero muy atractivo.



Gdansk
Gdansk es una población portuaria, junto al mar Báltico, es reconocida en el mundo entero, especialmente por ser la cuna de Lech Walesa entre otros famosos. Antes de la segunda guerra mundial se trataba de una ciudad alemana (cuna de Schopenhauer), pero paso a ser Polonia tras la ocupación rusa.


El casco antiguo de Gdansk es precioso.  Pasear por sus calles y en la cercanía del canal permite descubrir una ciudad con influencias alemanas, rusas, polacas, flamencas.







Para otro momento dejare también la visita a Cracovia, ya que las actividades a realizar en la zona son bastantes y no os quiero aburrir en este post.

En definitiva, Polonia es un país de visita obligada para cualquier europeo.



[1] Que disculpen los polacos si el nombre no está bien escrito, pero alguno de los caracteres me es difícil encontrarlos en la tabla ASCII
[2]  Queda para otro post los comentarios de la zona del Gueto judío, Palacio y Parque Łazienki, el recorrido por la ruta Chopin.