viernes, 5 de junio de 2015

Hamburgo. La ciudad verde.

Por motivos de negocios en la empresa he tenido que ir unos días a Hamburgo.

Desconocía esta ciudad de Alemania y la llegada después de unas 3 horas de vuelo fue muy agradable.


El día era algo nublado, aunque la temperatura era más baja que en Barcelona, seguía siendo agradable, unos 20 grados.

Nada más llegar me recogió un taxi mercedes enorme de lujo, que por hacer un recorrido cruzando la ciudad, me cobró unos 30 euros. Me pareció poca cantidad comparado con lo que cobran en Barcelona.
Después de la feria me fui a dar una vuelta por la ciudad.
Bajé a la zona denominada Hafencity. En esta zona de la ciudad los edificios son de la postguerra totalmente rehabilitados que se han destinado a turismo y a vivienda.



De hecho, la parte más cercana al puerto es actualmente una de las zonas más exclusivas de la ciudad.



En esta zona me llamo especialmente la atención unas instalaciones eólicas encima de los edificios.



Al día siguiente después de la feria hice una rápida visita de la parte cercana al lago “Alster” y el parque cerca de Stephenplace.
A pesar de que dicen que en la zona hace frio y viento, me encontré un día fantástico, soleado y cálido.

Pasear por el lago es excepcional. Es una zona verde donde hay centenares, no exagero, centenares de personas haciendo deporte, corriendo, bicicletas, veleros… Se observa un nivel de vida fuera de lo corriente.



La ciudad es preciosa. Toda llena de zonas verdes. La gente se mueve habitualmente con bicicleta, ya que la zona está preparada para ello.



Sin embargo no todo es maravilloso en esta sociedad.
A pesar de la alta estima que se tienen los alemanes, también sufren, y más de lo que yo pensaba de los males habituales de las sociedades occidentales. En la feria, me comentan que son habituales los robos de vehículos (a un colega le han abierto y robado materiales del coche 3 veces en un año). El tráfico dentro de Hamburgo es muy denso y las caravanas son habituales. Y por último, el más preciado valor de los alemanes, el orden, la puntualidad, la mala educación y la planificación, he visto que se quiebran de manera habitual, a pesar de la fama que tienen.



Como en todas las situaciones, los estereotipos, tanto malos como buenos, no dejan de ser estereotipos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario